Agentes de limpieza semiacuosos


Los limpiadores semiacuosos son un grupo de soluciones de limpieza compuesto por disolventes orgánicos naturales o sintéticos, surfactantes, inhibidores de la corrosión y otros aditivos. El término semiacuoso se refiere a la utilización de agua en algún momento del proceso de limpieza, como el lavado, el enjuague o ambos. Suelen ser eficaces en la eliminación de grasas pesadas, ceras y alquitranes. Su baja tensión superficial les permite penetrar en espacios reducidos. Algunos también poseen una baja presión de vapor y, por consiguiente, las emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COV) son bajas. Los efectos adversos pueden variar dependiendo del tipo de limpiador. Algunos pueden ser tóxicos para los sistemas acuáticos, otros son altamente inflamables o requieren enjuague y secado.

Los limpiadores semiacuosos pueden ser una mezcla de agua e hidrocarburos, lo que requiere una etapa de enjuague y otra de secado durante el proceso de limpieza. Los limpiadores semiacuosos comunes pueden incluir terpenos, ésteres, etilenglicol, N-metil-2-pirolidina y otros hidrocarburos. Los terpenos son derivados de la piel de los cítricos o de la corteza de pino, y son ingredientes comunes de varios limpiadores domésticos y desodorantes. Son eficaces para la eliminación de flujos de las placas de circuitos impresos y otras operaciones similares. Suelen ser reciclables, son biodegradables y sus efluentes pueden servir de combustibles. Los inconvenientes de utilizar un terpeno son el bajo punto de ignición, costes de equipamiento inicial elevados, pueden requerir la modificación del tratamiento del agua residual debido a su mayor demanda de oxígeno y pueden provocar efectos respiratorios adversos en personas sensibles. Existen algunos sistemas de limpieza de circuito cerrado para reducir esos efectos negativos.

Los disolventes hidrocarburos que forman parte de esta categoría incluyen los disolventes de petróleo (es decir, alcoholes minerales y keroseno) y los alcoholes (Ej. etanol, isopropanol y ésteres glicólicos), así como cetonas (Ej. metiletilcetona y acetona). Éstos son efectivos en la eliminación de ceras, aceites y grasas, y pueden ser utilizados en procesos de limpieza por inmersión fría o de limpieza manual. Son compatibles con la mayoría de los sustratos y pueden ser fácilmente reciclados. Sus inconvenientes incluyen puntos de ignición bajos, tiempos de secado largos y el hecho de que numerosas cetonas sean clasificadas como precursoras de ozono.

Información adicional
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Prevención de riesgos, fichas de seguridad, Modelo Alemán de Columnas, etc.
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