LIMPIEZA POR ASPERSIÓN
La limpieza por aspersión
es un método de amplia implantación debido a su efectividad, versatilidad
y bajo coste del equipamiento. La limpieza por vapor (en la cual una solución
de limpieza es inyectada en una corriente de vapor a alta presión) y
la limpieza por aspersión ( en la cual un flujo elevado de la solución
de limpieza es proyectado sobre la pieza a relativamente baja presión)
son dos modalidades específicas de aplicación de este método
de limpieza.
La limpieza por aspersión se realiza mediante el bombeo de la solución
de limpieza desde un depósito a través de un sistema de conducción,
proyectando mediante boquillas de aspersión dicha solución sobre
la superficie sucia. La presión de trabajo puede variar desde magnitudes
tan bajas como 14 kPa (2 psi) hasta otras tan elevadas como 13800 kPa (2000
psi). En general, cuanto más alta es la presión de aspersión,
mayores son las fuerzas mecánicas que actúan sobre la superficie
metálica para eliminar la suciedad. Estos efectos mecánicos son
especialmente importantes para la eliminación de partículas insolubles
como polvo, pequeñas partículas metálicas, o carbonilla.
Las lavadoras por aspersión generalmente están diseñadas
a la medida del cliente. Entre los factores que influyen en el diseño
individual de la maquinaria destacan el tamaño y geometría de
la pieza a limpiar, la cantidad de piezas a limpiar, el tiempo necesario para
la limpieza y el enjuague, así como las operaciones posteriores a las
que se someterá la pieza. Muchas máquinas constan de más
de una fase de limpieza, así como de fases de enjuague y secado por proyección
de aire. Las lavadoras pueden soportar cargas en lotes o bien paso de piezas
en continuo (en forma de túnel).
Los agentes de limpieza por aspersión se preparan con surfactantes de
baja espuma de manera que se minimice la formación de espuma, incluso
en condiciones de aspersión a alta presión. Durante los últimos
años, los surfactantes de baja espuma diseñados para la limpieza
por aspersión han alcanzado una calidad de limpieza comparable a la de
los surfactantes utilizados para la limpieza por inmersión. También
se han registrado considerables avances para bajar la temperatura de operación
de los agentes de limpieza alcalinos, lo que tiene como consecuencia importantes
reducciones en los costes operativos debido al menor consumo energético.
Como agentes de limpieza también se utilizan emulsiones (disolvente +
agua). Esta combinación se suele aplicar en el caso de grandes piezas
sobre las cuales un operario proyecta la emulsión a baja presión
(aproximadamente 35 kPa, o 5 psi, la estrictamente necesaria para que la emulsión
se pueda distribuir sobre la pieza) en un ambiente ventilado. Dado que el operario
está en el punto de contacto, existen riesgos potenciales de exposición
dependiendo de la composición química de la emulsión y
de la temperatura de ésta.
Debido a que los líquidos inflamables o combustibles se convierten en
explosivos cuando son aplicados por aspersión, sólo deberían
usarse tomando las precauciones de seguridad apropiadas, tales como la supresión
de los sistemas de ignición o en ambientes de gas inerte.
Se considera limpieza de alta presión a partir de 500 psi, y de baja
presión a aquella que opera por debajo de los 14 a 20 bares (200-300
bares).
Prevención de riesgos, fichas de seguridad, Modelo Alemán de Columnas, etc. | |
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